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MADE IN GERMANY, ¿estás seguro?

Si bien usar un nombre que suene a alemán, o incluso pintar la bandera alemana en un producto no es ilegal, la forma más fácil y efectiva que tienen los consumidores de protegerse de estos engaños es buscar la siguiente frase en la etiqueta o envase del producto: MADE IN GERMANY. Falsear esto ya cruzaría la línea de la creatividad marketera, dado que es derechamente ilegal. 

Hoy en día existen muchas marcas de productos que buscan atraer más ventas por medio de "confundir" a los consumidores haciéndoles creer que sus productos son fabricados en Alemania, cuando en realidad no lo son. Este tipo de prácticas comerciales deshonestas se conocen como "Germanización", que es el uso de marcas o nombres que suenan alemanes para dar la impresión de que un producto es de origen alemán, cuando la verdad son producidos en otro lugar.

La idea detrás de la "Germanización" es aprovechar la reputación de calidad y precisión asociada a los productos alemanes para atraer a los consumidores y aumentar las ventas, así de simple. Sin embargo, esto puede ser engañoso o muchas veces frustrante para los consumidores que confían en la calidad y autenticidad de los productos fabricados en Alemania.

Entre los productos que más han sido objeto de "Germanización" se encuentran los electrodomésticos, repuestos de autos, electrónica y audio, y sobretodo lubricantes. A menudo, se utilizan marcas que suenan como en alemán o se hacen afirmaciones demasiado genéricas sobre su origen como "Hecho en Europa", "Fabricado en la UE", "Calidad alemana", "Diseñado en Alemania" o incluso "origen alemán", para dar la impresión de que son de origen alemán, sin embargo son a menudo fabricados en países de Europa del Este, donde los costos de producción y niveles de calidad son notoriamente más bajos que en Alemania. Algunas veces se pretende ir más allá con el engaño e incluyen en alguna esquina del packaging los colores negro, rojo y amarillos, haciendo alusión directa a la bandera de Alemania. Para complementar el engaño, otras veces mencionan en la etiqueta una dirección de una pequeña oficina en Alemania, de forma que el consumidor se genera la idea que la producción fue hecha en ese país. 

Ya lo sabes, la próxima vez revisa bien el envase y asegúrate que diga explícitamente, directo y sin rodeos MADE IN GERMANY. Si no puede decirlo así de claro, simplemente está hecho en otro lado.

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